Desde 2014 las autoridades de Gómez Palacio anunciaron que el municipio tendría su primer museo histórico. Para ello, compraron la centenaria Casa Faya y solicitaron recursos federales que se complementarían con dinero de las arcas municipales, para una inversión total de 20.8 millones de pesos. Han pasado nueve años y la casa permanece cerrada. Actualmente la FGR investiga las irregularidades que impidieron el cumplimiento de la promesa cultural.
Por Daniela Ramírez Cervantes
En 1912 el agricultor español Silvestre Faya terminó de construir la que posiblemente sea la mejor casa que se levantó durante el siglo pasado en Gómez Palacio, Durango, como la calificó el cronista Pablo Machuca Macías, en su ensayo sobre la fundación de la ciudad.
En el corazón de la ciudad, su fachada de ladrillo rojo aún ostenta 12 ventanas protegidas con herrajes artísticos. Sus columnas, marcos de puertas y cornisas labradas de cantera parecen susurrar el tiempo pasado, una época de bonanza que se reflejó en la arquitectura que se gestó en aquellos años.
En el pasado, la nombrada Casa Faya representó un símbolo de desarrollo y prosperidad.
Hoy, 111 años después, encarna la alegoría del elefante blanco, pues en 2014 se presumió la obra de un museo que rescataría la historia gomezpalatina. Tres administraciones municipales y nueve años después de ese anuncio, la casa está bajo la lupa de la Fiscalía General de la República (FGR).
En 2014, el priísta José Miguel Campillo Carrete, entonces alcalde de Gómez Palacio, Durango, anunció un museo histórico, el primero de su tipo en la ciudad ubicada al norte de México. Como primer paso, compró el centenario inmueble conocido como la Casa Faya, obtuvo 8 millones de pesos de recursos federales a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE), que se desprende de la Secretaría de Cultura, y se comprometió a aportar 12.8 millones de pesos de las arcas municipales. Luego, vino el silencio.
El museo contemplaba la remodelación de la casa antigua, ubicada con el número 101 de la Avenida Morelos en el Centro, catalogada como Monumento Histórico ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). También incluía dos salas dedicadas a los orígenes de la ciudad, a la Revolución, a sus fundadores, así como al desarrollo industrial y la ubicación geográfica de Gómez Palacio, según publicaron los medios en 2015, pues el municipio contestó por transparencia no contar con información del proyecto museográfico y de construcción presentado ante el PAICE.
En la actualidad, este plan municipal es cuestionado por el posible mal uso de los 20.8 millones de pesos supuestamente invertidos. Esta investigación revela que casi una década después, y a pesar de la opacidad mostrada por dependencias y funcionarios relacionados con el caso, la FGR mantiene abierta una carpeta de investigación relacionada con una denuncia interpuesta en el 2020 por el presunto desvío de recursos del proyecto del Museo Casa Faya. Fue la administración de la morenista Marina Vitela Rodríguez quien la llevó ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado de Durango (FECCED), pero esta última la canalizó a la FGR hasta el 29 de enero de 2021.
Al cierre de la edición de este reportaje, la FGR no había contestado cuál es el estatus actual de la indagatoria, ni los delitos que se persiguen, tampoco cuántas personas son investigadas de manera oficial. Sin embargo, la autora de este reportaje tuvo acceso a la denuncia inicial, por medio de la filtración del documento por parte de una persona allegada al caso que pidió el anonimato por miedo a represalias, misma que fue sellada de recibida el 8 de julio del 2020 por la FECCED, en la que se revela el nombre de 22 funcionarios públicos más los que resulten responsables.
Los posibles delitos señalados son falsedad en declaraciones judiciales y en informes dados a una autoridad, peculado, delito de ejercicio ilícito de servicio público, abuso de autoridad y falsificación de documentos.
Este reportaje también revela paso a paso el proceso de ese proyecto inconcluso, así como la opacidad de las dependencias y funcionarios públicos que estuvieron o están relacionados con el proyecto del museo que se pretendía ubicar en esa casa histórica que, al estar deshabitada, se dirige al deterioro.
Para llegar a estas conclusiones, se realizaron seis entrevistas, 29 solicitudes de transparencia y se revisaron alrededor de 20 documentos públicos. La autora del reportaje buscó acceder a esos documentos de diversas formas y a través de distintas dependencias, pues el Ayuntamiento de Gómez Palacio clasificó casi toda la información como reservada o simplemente la negó.
Casi 10 años después, el Museo Casa Faya representa un elefante blanco envuelto en opacidad, muy alejado de ser un espacio que cobije a la cultura gomezpalatina, como se pretendía.
El origen del proyecto
La idea de comprar la llamada Casa Faya (con una superficie total de mil 720.40 metros cuadrados) nació en la administración del priísta José Miguel Campillo Carrete. En el 2014, el municipio pagó 5.1 millones de pesos al notario Fernando González Lafuente. Campillo Carrete declaró para esta investigación que en su administración identificaron la necesidad de crear un museo que preservará el acervo histórico y cultural de la ciudad. Por ello, dijo, le asignó esa tarea a Elena María de los Ángeles Romo Zozaya, “Yeye”, como ella se identifica públicamente y en sus redes sociales, quien era la entonces directora del Instituto Municipal de Cultura.
Fue así que en el 2015, el proyecto “Rehabilitación y equipamiento del Museo de Historia, Antigua Casa Faya” fue seleccionado para recibir recursos del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE), otorgado por el gobierno federal. El objetivo del programa es financiar proyectos culturales para rehabilitar, construir y equipar espacios destinados al quehacer artístico y cultural como casas de cultura, centros culturales, centros de formación y producción artística, bibliotecas, museos, archivos históricos y teatros.
El entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) —hoy Secretaría de Cultura— y el Ayuntamiento de Gómez Palacio firmaron un convenio de colaboración el 30 de julio de 2015. En el documento se detalló que la aportación total sería de 20.8 millones de pesos; la ejecución del recurso tenía que efectuarse en un período no mayor a 12 meses y tenía como vigencia del 30 de julio del 2015 al 23 de octubre del 2016.
La federación, a través de Conaculta, aportaría 8 millones de pesos en una sola exhibición, a más tardar 20 días hábiles después de la firma del convenio. El recurso fue transferido al municipio el 21 de octubre del 2015, y este último se comprometió a dar 12 millones 821 mil 643.87 pesos en una sola exhibición y a entregar la obra concluida en tiempo y forma.
En ese momento, la administración municipal que firmó el convenio estaba representada por José Miguel Campillo Carrete, alcalde de Gómez Palacio; Regulo Octavio Gamez Dávila, exsecretario del Ayuntamiento; Fernando Uribe Novella, exdirector de Obras Públicas y Desarrollo Urbano, y Elena María de los Ángeles Romo Zozaya, exdirectora del Instituto Municipal de Cultura.
Para cumplir con los compromisos y con las reglas de operación del programa, el Ayuntamiento conformó, en el 2015, un grupo de ciudadanos que tenían la función de dar seguimiento al proceso de restauración, declaró “Yeye” Romo, exdirectora de Cultura (2013-2016), en una entrevista realizada para esta investigación.
“Cuando tú manejas dinero federal ellos (las autoridades federales) tienen ciertos lineamientos y entre esos estaba conformar un grupo de observadores ciudadanos para que pudieran estar pendiente de, llámese compañía, constructora, o arquitecto, a quien se le diera la restauración, de cómo iba siendo aplicado ese dinero”.
Eduardo Castañeda Martínez lideró el Comité de Seguimiento del Proyecto del Museo Histórico de la Ciudad Casa Faya, junto con Gerardo Martín Sarabia y Javier Leyva González, confirmó la ex funcionaria. Asimismo el arquitecto Gustavo Montes fungió como supervisor técnico de la obra.
Aunque la entrega puntual de los trabajos en la Casa Faya fue un compromiso dentro del convenio de colaboración firmado en 2015, para el 23 de octubre del 2016, fecha que se estipuló para culminar la obra, el acuerdo no se cumplió y la siguiente administración municipal tuvo que modificar el contrato para aplazar el término del mismo.
Un proyecto irregular desde el comienzo
La convocatoria de licitación para empezar la obra fue lanzada hasta el 16 de febrero de 2016: siete meses después de que las autoridades firmaron el convenio. Ese mismo día fue publicada en el Diario Oficial de la Federación. Aunque se trató de una licitación pública nacional, la empresa Aresa de La Laguna, S.A de CV. fue la única que presentó una propuesta cuyo valor era de 7. 9 millones de pesos, según el acta de recepción y apertura de propuestas obtenida para esta investigación.
A pesar de que Aresa de la Laguna fue la única concursante para el proyecto, las autoridades del Ayuntamiento de Gómez Palacio aseguraron que la compañía en mención fue elegida entre una triada de empresas participantes, de acuerdo con uno de los reportes trimestrales que entregó a la Secretaría de Cultura federal.
En las bases de la licitación se estipula que la restauración sería del interior y exterior de la casa, y se harían trabajos de albañilería, rehabilitación de pisos, plafones y pintura; reparación de fachada lateral, voz y datos, domo, red contra incendio, detectores de humo, herrería, cantería, cancelería, instalaciones hidro sanitarias e instalaciones eléctricas, entre otros trabajos.
En diciembre de 2016, Eduardo Castañeda, encargado del Comité de Seguimiento, declaró a los medios que desconocía si ya se habían aplicado los 8 millones entregados por el PAICE. Ese mismo año, “Yeye” Romo, la entonces directora del Instituto Municipal de Cultura, fue señalada por conflicto de interés en las obras de la Casa Faya. En ese tiempo, ella misma aseguró a través de varios medios de comunicación, no haber manejado ni un peso del recurso federal.
“Esos 8 millones sí se aplicaron, pero al final la persona que estaba llevando a cabo la restauración, los últimos movimientos no fueron notificados a los observadores, no mandaron nada”, dijo Romo en una entrevista para esta investigación. Aseguró que los 8 millones llegaron directo a la Tesorería Municipal, por lo cual, afirmó, ella nunca manejó un peso.
Por su parte, José Miguel Campillo testificó que sí se aplicaron los 8 millones que se obtuvieron por parte de la federación y que con ellos se completó la primera etapa del proyecto de museo.
“Claro que sí se aplicaron (los 8 millones de pesos). Se creó un Consejo Ciudadano que marcaba la normatividad del PAICE, un Consejo Ciudadano donde participaban gente destacada en el tema de la cultura, y por parte del Ayuntamiento estaba en mi representación el director de Obras Públicas Fernando Uribe y la señora Yayé Romo, quien era la que coordinaba todo el proyecto”, aseveró el exalcalde.
Asimismo contradijo a la misma Romo, quien en un principio afirmó que el recurso lo manejó el departamento de tesorería. “El recurso lo manejó el Comité. Se hacía una propuesta de qué se iba a hacer, se presentaban presupuestos y todo los aprobaba el Comité”.
Por otro lado, Gustavo Montes, quien fungió como supervisor técnico de la obra, afirmó que cuando dejó el cargo, en el 2016, la obra presentaba un 60 por ciento de avance y aseguró que en 2017 se determinó que ya estaba concluida. Eso fue confirmado en el reporte final que el municipio envió al PAICE, obtenido vía transparencia, con fecha del 23 de febrero del 2017 (durante la siguiente administración encabezada por Leticia Herrera Ale), en el cual las autoridades detallaron que desde el 23 de enero del mismo año se finiquitó a la empresa Aresa de La Laguna por los trabajos de rehabilitación en la Casa Faya y se registró un avance físico estimado del 100 por ciento; sin embargo, hasta la fecha los gomezpalatinos no han podido acceder a ese espacio.
Montes recordó que estuvo desde el proceso de selección del inmueble, supervisó la obra en cuanto al uso de materiales y el cuidado de la estructura original, pero llegó un momento en que ya no le permitieron supervisar la obra.
“Estaba haciendo observaciones a los procesos constructivos y lo que se estaba haciendo […] y en el cambio de administración todavía no se terminaban los recursos, ni se terminaba todo el proceso en el organigrama del desarrollo de la restauración y consolidación y yo seguí yendo, el chiste es que en un momento me dijeron ‘aquí ya no puede pasar’”.
El arquitecto alegó que la razón de ese bloqueo fue la entrada de un nuevo gobierno el 31 de agosto de 2016, encabezado por la priísta Leticia Herrera Ale, quien desde 2022 es nuevamente alcaldesa de Gómez Palacio.
Cuando la administración de Herrera Ale le prohibió supervisar la obra, contó Gustavo Montes, mandó un oficio (documento que prometió buscar para entregar y mostrar en este reportaje, pero que nunca lo hizo) a los representantes del PAICE en el cual explicó que, de un día para otro y de manera no oficial, lo destituyeron de la supervisión técnica. “Ellos debieron de hacerme llegar un oficio donde me daban de baja como técnico supervisor y hasta el momento no he recibido nada”, reclamó.
El arquitecto Montes añadió que varios meses después de iniciada la administración de la alcaldesa Herrera Ale, en enero de 2017, los integrantes del Comité de Seguimiento también fueron cambiados en sesión de consejo extraordinaria, a pesar de que los primeros integrantes quedaron registrados ante notario público. Estos movimientos, según el arquitecto, fueron parte de las observaciones que las autoridades del PAICE realizaron del proyecto y que frenaron, de alguna manera, el acceso a más recursos.
Montes intuye que en este 2023 los trabajos de restauración van apenas en un 80 por ciento. Para él, este avance permite que la casa sea aprovechada para actividades artísticas, pues expresó: “Un edificio sin usar se deteriora más rápido”.
“Tristemente era el primer proyecto de rescate de patrimonio del municipio y el primer museo municipal de Gómez Palacio. Si bien es cierto que tenemos un Museo de Arte Moderno, el Museo infantil El Acertijo y tenemos un museo comunitario, el municipio no tiene un museo público y este iba a ser el primero”, opinó.
Pasaron las administraciones y las irregularidades siguieron
Durante su administración, José Miguel Campillo afirmó que sí se aplicaron los 8 millones obtenidos de la federación y se concluyó la primera etapa. Al cuestionarlo de los otros 12.8 millones de pesos que inyectaría el municipio, argumentó que eso le tocó a la siguiente administración.
“La segunda etapa ya le tocó a la administración de la señora Leticia Herrera ejecutarla”, dijo.
¿Y es en donde entrarían los 12.8 millones?, se le preguntó.
“Me imagino que sí (se aplicaron), ya no supe”, declaró en entrevista.
Aunque la administración siguiente (2016-2019), liderada por la priísta Leticia Herrera Ale, quien tomó protesta el 31 de agosto del 2016, debió dar seguimiento al tema de la Casa Faya, en el Plan de Desarrollo Municipal de ese periodo no se mencionó nada al respecto, y no se vieron avances para convertir esa casa en un museo histórico.
El único movimiento detectado y relacionado con el proyecto presentado al PAICE es que Herrera Ale firmó un convenio modificatorio al original del proyecto el 21 de octubre.
La modificación estipulaba el 23 de enero del 2017 como la nueva fecha de entrega de la obra. Según el reporte final que el municipio envió al PAICE un mes después de la conclusión del contrato, que se mencionó anteriormente, la obra registró un avance físico estimado del 100 por ciento; sin embargo, en agosto de 2020, Ernesto Rivera López, director de Cultura durante la siguiente administración encabezada por Marina Vitela Rodríguez, afirmó que el inmueble no tenía puertas ni ventanas y que registraba un evidente deterioro, lo que representaba un daño al patrimonio cultural.
Fotografías tomadas recientemente muestran que cuatro ventanas de la parte superior no cuentan con protección como vidrio o puertas de madera, sino que sólo están protegidas por una especie de malla por donde fácilmente entra el polvo o el agua.
Durante el tiempo que duró el contrato, el municipio de Gómez Palacio entregó tres reportes trimestrales de avances de la obra y uno final (uno entregado por José Miguel Campillo y tres por Leticia Herrera Ale). En ellos describen cómo y en qué supuestamente fueron destinados los 8 millones de pesos que recibieron por parte de la federación a un número de cuenta de Banorte. El 30 de marzo del 2017, según el reporte final, se celebró la última sesión del comité de seguimiento del PAICE en la cual se realizó el acta del cierre del programa.
En una de las visitas que se realizó a la casa, la autora de este reportaje observó la existencia de dos placas en las que se lee que las obras fueron concluidas gracias al apoyo del PAICE; sin embargo, el velador no le permitió tomar fotografías ni realizar un recorrido, debido a que la casa se encuentra bajo resguardo.
Aunque se solicitó vía transparencia todos los estados de la cuenta Banorte en la que el municipio recibió los 8 millones de pesos del PAICE, el Comité de Transparencia del ayuntamiento de Gómez Palacio clasificó esa información como reservada por un periodo de cinco años. Argumentó que es objeto de procedimientos administrativos abiertos por la contraloría municipal, cuyo avance y número de funcionarios involucrados también fue negado, así como parte de una denuncia y una carpeta de investigación penal vigente ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado de Durango (FECCED) y ésta, a su vez, afirmó que canalizó la denuncia ante la FGR.
Según la respuesta del municipio, la investigación no ha sido resuelta por la autoridad competente y, de darse a conocer, podría “poner en riesgo los procesos penales y administrativos en los cuales la información se encuentra contenida, así como poner en riesgo, la seguridad, la vida y los derechos humanos de los servidores públicos”.
A pesar de que el 30 de marzo del 2017 se realizó el acta del cierre del programa de apoyo, afirmándose que las obras tenían un 100 por ciento de avance, el 23 marzo del 2018 el ayuntamiento contrató, por adjudicación directa y con recursos propios, a la empresa Saga Arquitectura para que realizara la construcción de cubiertas en los patios de la Casa Faya, trabajo que representó un costo de 330 mil pesos.
Además, desde el 1 de marzo del mismo año, el municipio de Gómez Palacio ya había enviado otro proyecto al PAICE con la intención de obtener 3 millones de pesos más de la federación. Sin embargo, el fallo para el equipamiento del Museo de Historia Antigua Casa Faya fue condicionado a la insuficiencia presupuestal, según el acta de la Trigésima Segunda Sesión de la Comisión Dictaminadora del Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) celebrada el 30 de mayo de 2018; finalmente, el recurso no fue aprobado.
Para confirmar lo anterior se hizo una búsqueda tanto en el Presupuesto de Egresos de la Federación como en las cuentas públicas del municipio, pero no se encontraron ingresos por ese programa. Aunque a primera vista existen indicios de que se realizaron trabajos de remodelación, hasta la fecha la Casa Faya sigue cerrada y está lejos de ser el lugar que hospede el primer museo histórico de la ciudad.
FGR investiga a funcionarios públicos
Cuando la administración de Leticia Herrera Ale terminó, su sucesora Marina Vitela retomó el tema del museo de la Casa Faya y presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción del Estado de Durango (FECCED).
La FECCED confirmó que la denuncia por posible desvío de recursos e irregularidades de la Casa Faya llegó a ese organismo desde el 8 de julio de 2020 y se le asignó un número de carpeta de investigación, de acuerdo con un cuestionario contestado a través del departamento de Comunicación Social, pero fue turnada por incompetencia a la FGR hasta el 29 de enero de 2021.
La Secretaría de Cultura federal confirmó que la FGR investiga el caso. La dependencia informó en la respuesta a una solicitud de transparencia que el expediente del «Proyecto de rehabilitación y equipamiento del museo de historia, Antigua Casa Faya» fue entregado a la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Cultura porque esta área lo pidió de manera urgente el 21 de junio de 2023.
Lo anterior sucedió porque la FGR notificó a Eréndira Cruzvillegas Fuentes, titular de dicha Unidad, para que compareciera ante el Ministerio Público en la investigación de la carpeta iniciada por el tema del inmueble histórico.
Al cierre de la edición de este reportaje, la FGR no había contestado cuál era el estatus actual de la indagatoria, ni los delitos que se persiguen, tampoco cuántas personas son investigadas de manera oficial. Sin embargo, cómo ya se mencionó, la autora de este reportaje tuvo acceso a la denuncia inicial que fue sellada de recibida el 8 de julio del 2020 por la FECCED, en la que se revela el nombre de 22 funcionarios públicos municipales y federales, más los que llegaran a resultar responsables.
El documento señala como concepto general de la conducta delictiva la “falta de terminación de la obra de Rehabilitación y equipamiento del Museo Casa Faya”, iniciada desde el 2015, así como los trabajos mal hechos y una justificación indebida ante el PAICE por la aplicación del recurso otorgado mediante simulación de actos, pagos ilícitos y excesivos, además de diversas irregularidades.
Algunos de los delitos penales que se mencionan en la denuncia y que presuntamente fueron cometidos por funcionarios públicos son: falsedad en declaraciones judiciales y en informes dados a una autoridad, peculado, delito de ejercicio ilícito de servicio público, abuso de autoridad y falsificación de documentos.
José Miguel Campillo, exalcalde de Gómez Palacio (2013-2016), afirmó no estar enterado sobre la investigación que actualmente mantiene abierta la FGR.
Actualmente sabemos que la Casa Faya está investigada por la FGR. ¿Ha recibido usted alguna notificación o está enterado de este proceso?, se le cuestionó.
“No he recibido ninguna notificación y ni estaba enterado”, respondió el ex funcionario.
Una casa centenaria que narra la historia de Gómez Palacio
La casa centenaria tiene un peso histórico importante. Según el historiador Carlos Castañón Cuadros, la historia de las ciudades se encuentra en sus casas, en sus edificios históricos y en sus inmuebles.
“Estos materiales dan una idea de cómo vivía la gente. La Casa Faya es una casa representativa de la historia de Gómez Palacio, pero también de la época de bonanza del algodón porque se construye con el dinero del algodón y con la riqueza que generó el Río Nazas. Es muy interesante que detrás de estos hermosos muros de ladrillo rojo de cantera duranguense, detrás de este estilo orgánico con una serie de detalles finamente labrados, se representa la identidad de los gomezpalatinos y los laguneros”, contó.
Castañón narró que la Casa Faya representa un patrimonio de los gomezpalatinos, pues a través de los materiales, adobe y ladrillo, narra la historia de la ciudad.
Para Castañón Cuadros, este inmueble representa la arquitectura de Gómez Palacio. “Por un lado los materiales completamente laguneros: el ladrillo, el adobe y las maderas. De eso está hecha la casa, con una base de piedra caliza. Por otro lado, la cantera duranguense le da un plus, no es cualquier casa, perteneció a Silvestre Faya, agricultor de origen asturiano de clase alta. Se trata de una casa de alguien pudiente de 1912 que nos habla del esplendor que tuvo Gómez Palacio en esos primeros años del siglo XX”.
Arriba del edificio, en la parte central de la cornisa, destacan entrelazadas en una placa las letras iniciales del nombre de su propietario: S. F. (Silvestre Faya). En la izquierda al lado del portón, se aprecia grabado el año de 1912, fecha en que terminaron su construcción.
“Ojalá que se pueda rescatar algún día y se entregue a la ciudad como un museo, un archivo histórico o como un espacio cultural que se pueda disfrutar. Estoy seguro que la autoridad municipal que tome esto en sus manos y lo entregue a los ciudadanos va a trascender en la historia de esta ciudad”, opinó.
Registrada como un bien inmueble con valor cultural en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH, la Casa Faya ha respetado su origen ante la transformación natural de la ciudad.
“En la (calle) Morelos, particularmente, donde había varios edificios de ladrillo y adobe, esta edificación es la única que sobrevive”, dijo Castañón Cuadros. Para el historiador se trata de una joya arquitectónica que representa el patrimonio vivo de Gómez Palacio “porque no está inerte, está vivo”.
Por su parte, el arquitecto Montes, quien fue el primer supervisor técnico de la obra, señaló que el proyecto fallido del museo es una deuda cultural para la ciudad. “Porque el museo pretendía no ser solamente un museo de la ciudad, sino un museo regional que hablara prácticamente de la fundación de la Comarca Lagunera”.
Lamentó que actualmente la Casa Faya esté cerrada. “Los riesgos que tiene la obra es prácticamente su deterioro”, y añadió que “si el patrimonio desaparece, también lo hace la historia y una parte de nosotros mismos”.
Regresa Leti Herrera y la historia de opacidad se repite con la Casa Faya
Leticia Herrera Ale volvió a la presidencia el 1 de septiembre de 2022. Al inicio de esta administración, se proyectó abrir la Casa Faya el 21 de diciembre de 2022; sin embargo, los medios de comunicación publicaron que la apertura del inmueble como recinto cultural se aplazaría para este 2023 por un “plan ambicioso”.
En el Plan Municipal 2022-2025, la alcaldesa Herrera Ale se comprometió a restaurar la casa, habilitarla y convertirla en centro educativo y cultural como parte de las acciones del actual gobierno, así como crear diferentes agrupaciones musicales con sede en este inmueble histórico.
El Plan Municipal detalla que se creará una sala de conciertos, se añadirá museografía, una galería y albergará el Archivo Histórico y el Cine-club. Entre las promesas de la alcaldesa Leticia Herrera Ale también se encuentra establecer el estudio de Ópera Casa Faya.
Aunque se buscó entrevista con Melissa Reuter, actual titular de la Dirección de Arte y Cultura de Gómez Palacio, para que hablara sobre los avances de estos proyectos o el recurso invertido, al localizarla manifestó que tenía que informar el tema de la entrevista; después, ver lo que podía declarar. Días después de la primera visita que se le realizó en el Centro de Convenciones, lugar donde actualmente se encuentra la Dirección de Cultura y las Artes de Gómez Palacio, se le entregó un cuestionario que ella misma firmó y selló de recibido el 16 de agosto del 2023. Al cierre de ésta edición, no hubo respuesta o declaración de su parte.
La noticia de que la apertura de la Casa Faya sería en este 2023 fue dada a conocer por el padre de Melissa Reuter, Othon Reuter, quien fungió como director de Cultura sólo por cuatro meses debido a su muerte repentina. En un momento de su gestión, Othon declaró que el departamento de obras públicas ya se hacía cargo de la remodelación de la Casa Faya para transformarla en un recinto cultural, pero no habló de un museo histórico, proyecto original para el que se adquirió el inmueble que actualmente se encuentra bajo investigación.
Con la intención de presentar la versión oficial respecto a este tema, también se intentó contactar a la actual alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale; al igual que a Melissa Reuter, se le dejó un cuestionario explicándole el motivo de la entrevista. Luego de intentar contactarla dos veces a través de Alejandro Ramírez, titular del departamento de Comunicación Social, quien firmó de recibido la petición, e insistir a través de varias llamadas telefónicas, al cierre de la edición de este reportaje, tampoco se obtuvo respuesta.
Marina Vitela, por su parte, fue ilocalizable, se le marcó y mandaron mensajes a su teléfono personal, el cuál fue otorgado por una persona de Morena, partido al que Vitela pertenece, asimismo se habló con su asistente quien informó que la exalcaldesa estaba de viaje y que iba a tratar de hacerle llegar la petición de entrevista, hasta el momento no hubo respuesta.
Asimismo, la autora de este reportaje intentó entrar en contacto con los representantes de las empresas Aresa de La Laguna y Saga Arquitectura; sin embargo, en los teléfonos que se ofrecen de las firmas en internet, o no dan línea o nadie contesta. En el caso de Aresa de La Laguna, también se acudió a su domicilio fiscal: calle Juan E. García sur número 79 en el centro de Torreón, pero en tal dirección solo existe una casa sola y deshabitada, así lo confirma una acta circunstanciada dirigida a la empresa el 17 de marzo del 2023 por parte de la Secretaría de Finanzas del Estado de Coahuila.
Mientras la FGR mantiene bajo la lupa el proyecto de museo que se pretendía ejecutar en esta casa centenaria, el inmueble se deteriora y se corre el riesgo de que se pierda no sólo una parte de la historia de Gómez Palacio, sino también de la región de la Comarca Lagunera. En este momento, lo único que la Casa Faya revive es el anuncio de una promesa que, administraciones pasadas han dejado en el olvido.
*Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.
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