Desde el año 2000 hasta enero de 2022 se han asesinado a 149 periodistas, de los cuales 29 han sido en lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, según información de Artículo 19. Sin embargo, Milenio reportó que han sido 52 periodistas asesinados en este sexenio, basados en datos de la Secretaría de Gobernación.
A estas cifras se sumaron los homicidios del fotoperiodista Margarito Martínez y de la periodista Lourdes Maldonado en la ciudad de Tijuana. Asesinados, ambos, afuera de su casa el 17 y 23 de enero de 2022, respectivamente.
Al respecto, Aline Corpus, reportera desde 1998 y corresponsal en la frontera de Baja California, habló sobre las razones por las que se siguen matando periodistas, lo que ha fallado en el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, y como la violencia hacia los colegas afecta al gremio periodístico.
¿Por qué se siguen asesinando periodistas?
«Yo creo que hay un fantasma predominante en el sentido de agresiones o ataques a periodistas, y este fantasma es la impunidad. Los agresores observan que el sistema de justicia no reacciona ante los embates que se le puedan hacer a un periodista. Ya sea desde una agresión, digamos menor, como que alguien te amenace de muerte en redes sociales, y le llamo menor considerando al grado al que hemos llegado como el asesinato a sangre fría de un colega. Yo creo que esta impunidad que ha prevalecido por tantos años se observa desde la delincuencia como algo relativamente sencillo o fácil», señaló Aline.
Agregó que, cuando se logra una detención por este delito, generalmente se trata de un autor material, no de autores intelectuales, como fue el caso del periodista del Semanario Zeta, Francisco Ortíz, asesinado en 2004.
Y es que, en palabras del propio Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos Humanos, en México el 90 por ciento de los atentados a periodistas y activistas queda impune.
¿En qué ha fallado el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas?
«Yo creo que no lo toman en serio. Yo creo que nunca dimensionaron que la vida de los colegas estuvo y está en peligro. No estamos jugando con la vida de nadie. Las autoridades deberían de priorizar que los medios de comunicación por lo menos tengan una oportunidad de vida», manifestó.
Comentó que el colectivo «Yo sí soy periodista», fundado en Tijuana y conformado por colegas de todo Baja California, hizo una propuesta el pasado 2 de febrero al Mecanismo de Protección. Dicha propuesta exige que se reevalúe los perfiles de los consejeros de los medios de comunicación que se encuentran dentro del propio mecanismo.
«A estas alturas vale decir que algunos de los consejeros que han estado por parte del gremio en el mecanismo, pues no tenemos mucha comunicación con ellos, y en algunos casos, sinceramente, ni los conocemos», explicó.
Mencionó que es de suma importancia que los consejeros tengan conectividad con el gremio.
Asimismo, se propuso que el Mecanismo de Protección deje de ser sólo un protocolo y se convierta en ley. Es decir, se busca que los diputados en el Congreso de Baja California legislen para que haya responsabilidades y sanciones a las autoridades que dejen de cumplir con su trabajo en el mecanismo.
¿Por qué la labor del periodista se debe proteger?
«Comenzaría hablándote de mis dos colegas asesinados. Margarito Martínez tenía más de 20 años de experiencia en la cobertura de temas policiacos y criminalidad de alto perfil. En el sentido de que vas, te presentas a un lugar en el que no sabes quien está herido o lesionado y tú aún así te animas a dar la información. Y en el caso de Lourdes Maldonado, era una voz en una radiodifusora que hablaba de temas políticos y de gobierno. Cuando callan estas voces, cuando se atreven a silenciarlas para siempre, te puedo asegurar que, por lo menos en un corto periodo, no habrá alguien que pueda o vaya hacer el trabajo que hacía Margarito», expresó.
Puntualizó que, cuando se mata a un periodista se mata una visión de la vida, de la sociedad y de la política, en la cual no solo se atenta contra una persona, sino que como sociedad se pierde un punto de vista crítico.
«La sociedad pierde por qué ya nada más tenemos unas cuantas visiones que tal vez no te ayuden a comprender la totalidad de lo que se debe mejorar en la sociedad. Yo creo que ni siquiera debería estar sobre la mesa el custodiarnos o protegernos por qué deberíamos de ser ciudadanos libres que pudieran decir lo que piensan», agregó.
¿Qué pasó en el gremio cuando asesinan a Margarito y a Lourdes?
«Al principio obviamente hubo mucho dolor, estábamos en shock. Ni siquiera podíamos pensar que hacer, como movilizarnos. Recuerdo que la movilización nacional se empezó a gestar el viernes, luego de la muerte de Margarito, pero tomó más fuerza el lunes después de la muerte de Lourdes, y nosotros aún no teníamos idea de que hacer. Nos ayudó mucho la fuerza de otros colegas del exterior, que comprendieran y que se dolieran de lo mismo que nosotros», expresó.
Comentó que aún se vive una sensación de frustración y coraje debido a que ambos casos siguen impunes. Manifestó que ha persistido la desesperanza en que se solucionen los casos y que las autoridades esclarezcan, por lo menos, los motivos de los homicidios.
«Como grupo estamos organizando talleres de seguridad, estamos tratando de fortalecer el mecanismo de protección. Pero lo que nos ha marcado y lo que es más importante es que la autoridad nos dé un ‘por qué’, eso sería lo mejor», exigió Aline entre lágrimas.
La educación como detonante de la inseguridad
Aline señaló que, además de la impunidad y la violencia generalizada que no se atiende adecuadamente, uno de los factores principales de que la violencia siga creciendo en el país es la educación.
«Creo que esta es una respuesta al despreció por materias como Educación cívica o Ética y valores. Incluso lo palpas en el tráfico de redes sociales, cuando dicen groserías mientras das a conocer información en una transmisión en vivo, o achacarle a alguien algo tan peligroso como que sea administrador de páginas de narcotráfico. La falta de educación y formación nos lleva a que la gente valore este tipo de personajes y que no solamente ellos lo apoyan, sino que además le pide a otros que lo apoyen», dijo.
«A lo mejor un gobierno o una autoridad está fallando, ¿Y donde están las voces que lo están reclamando? Las voces calificadas, los intelectuales o esos sectores que consideramos formados, los siento nulificados, ausentes», agregó.
Hacer periodismo para reivindicar el periodismo
«La labor de Margarito fue muy valiosa ya que dio a conocer cada uno de los asesinatos que ocurrían en Tijuana y, a su vez, darle voz a estas personas que fueron asesinadas por una u otra razón. Alguien tuvo esa humildad de ir y hacer una cobertura de alguien que ya no podía defenderse y yo creo que los medios de comunicación hacen esta labor de dar a conocer cosas que una persona común no podría conocer si alguien no se la estuviera transmitiendo desde el lugar de los hechos», comentó.
Explicó que los reporteros que se encuentran en las calles y en las colonias documentando los hechos facilitan la información que de otra forma no conocerían los ciudadanos.
Finalmente, hizo un llamado a los medios de comunicación masivos y periodistas de estos a dejar de denominar como «fixer» a aquellos colegas que los ayudan a obtener información profunda sobre cualquier tema y, en ese sentido, incluirlos en su autoría si así lo desean ellos.
«Que se les nombre por qué es su trabajo y eso honra a la persona que ha laborado ahí por muchos años. Creo que en la medida que nosotros mismos como colegas y como medios seamos congruentes con eso, la población de afuera también nos va guardar un respeto», agregó.
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