El senador Rafael Espino de la Peña consideró necesario transitar a una regulación integral del cannabis que establezca los lineamientos y directrices para la siembra, cultivo, producción, transporte, distribución, venta y comercialización de la planta psicoactiva y el cáñamo, de manera diferenciada.
Además, propuso reformar el Código Penal Federal para que exista una correlación con las conductas que se tipifiquen en la Ley y disminuir las actividades ilegales con sanciones apropiadas.
Afirmó que también se tiene que modificar la Ley General de Salud, para definir un debido control sanitario de la planta, así como al órgano que se encargará de esta tarea.
Espino de la Peña participó en el foro “La Regulación del Cannabis y las Oportunidades para el Desarrollo de una Industria del Cáñamo en México”, que se llevó a cabo en las instalaciones del Senado.
“No tengan duda que recogeremos lo planteado en este foro y haremos el mayor de nuestros esfuerzos para poder tener una buena regulación en este tema tan importante, para el beneficio de todos los mexicanos”.
Confió en que se logre diferenciar la realidad de los prejuicios y ponderar información, para delinear las políticas públicas que son necesarias para nuestro país, de la mejor manera posible.
Los organismos internacionales, encargados del control y de la lucha contra las drogas, reconocen que no se ha demostrado que los resultados de las políticas implementadas se hayan alcanzado.
Por ello, agregó el legislador, “necesitamos reorientar el rumbo y hacer un análisis profundo teniendo en cuenta la opinión sobre todas las acciones, los argumentos a favor y en contra, así como las diferentes prácticas, resultados y experiencias de otros países como Colombia, Uruguay, Canadá y Estados Unidos”.
Rafael Espino recordó que ya hay avances y un camino recorrido para la legislación, como el proyecto de decreto por el que se expide la Ley Federal para la Regulación del Cannabis, que fue aprobada por el Senado el 19 de marzo de 2020 y que la Cámara de Diputados devolvió, con cambios, el 10 de marzo de 2021.
En abril de 2021, continuó el legislador, la Comisión de Justicia aprobó en sus términos la minuta que envió la colegisladora, pero quedó pendiente que estos cambios se aprobaran en las comisiones de Salud y de Estudios Legislativos, Segunda, con opinión de la de Seguridad Pública.
El legislador subrayó que, en 2019, las comisiones llevaron a cabo, durante dos meses, diversas actividades de Parlamento Abierto previas a la dictaminación del proyecto de decreto.
Se realizaron simposios, conferencias y foros, donde organizaciones civiles, académicos, productores, consumidores y expertos se dieron cita con el fin de conocer, escuchar y recibir las opiniones que reflejan el entorno y el sentir de la sociedad.
Con ello, se buscó contribuir a la expedición de una regulación más apegada a lo que hoy vive nuestro país.
Ahí, enfatizó, se destacó la importancia que tendría México en el desarrollo económico por la industria del cannabis asociada a los sectores textil, cosmético, papelero y medicinal. También se analizaron tópicos como la garantía de derechos por posesión, consumo, cultivo, así como la no criminalización de los consumidores.
Además, se concluyó que el Sistema Nacional de Salud debe contemplar los beneficios de la planta para fines medicinales y que el Estado debe asumir el control de la producción y distribución.
En la Comisión de Justicia, agregó el senador, también están pendientes cuatro iniciativas que buscan regular diversos aspectos del cannabis, como los límites de tetrahidrocannabinol para considerarlo como estupefaciente, así como a las asociaciones, clubes o grupos para el consumo.
Dichos proyectos también pretenden establecer lineamientos para promover la investigación y el desarrollo de medicamentos, y para crear un Programa Nacional para la Prevención y Atención del uso problemático del cannabis, concluyó Rafael Espino.
La presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, afirmó que el Senado de la República construye un modelo para la regulación de cannabis, que no sólo eliminará el enfoque prohibicionista que incrementó la violencia en nuestro país, sino que permitirá garantizar la seguridad y el control en el consumo de la planta.
Desde el punto de vista económico, dijo, es importante tomar en cuenta las diversas experiencias internacionales, para impulsar la economía social y las cadenas de valor de la planta, con productos como el cáñamo.
“Vencer los obstáculos formalistas del pasado no es tarea sencilla, pero tengo la plena confianza de que en esta Legislatura lo podemos lograr, para regular e implementar medidas de consumo a conductas que se practican desde hace muchos años, y abrir nuevos mercados económicos que permitan a nuestro país crecer”, expresó.
En el foro “La regulación del cannabis y las oportunidades para el desarrollo de una industria de cáñamo en México”, Sánchez Cordero refirió que el uso lúdico del cannabis es sólo una pequeñísima parte del potencial que tiene la planta; por ello es importante reflexionar sobre los otros beneficios que traería aparejada su reglamentación.
“Continuaremos sembrando conciencia en nuestra población, en donde no hay cabida para políticas prohibicionistas; somos el México de las libertades y el pueblo es consciente de ello”, expresó.
La senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso, del PT, indicó que su interés en la regulación del cannabis se ha centrado en los beneficios de una industria de uno de sus derivados: el cáñamo.
Este cultivo, acompañado de una política integral para el desarrollo de esta industria, puede generar cadenas de valor y enormes beneficios para el combate a la pobreza de amplias regiones del país, aseguró la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico-África.
En ese sentido, dijo que impulsa una iniciativa para reformar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal, a fin de atender el mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró inconstitucional la prohibición de la siembra, cultivo y cosecha del cáñamo para usos industriales.
Por eso destacó la necesidad de aprobar la Ley para la Regulación del Cannabis, pues “se está dejando ir una gran oportunidad, ya que, de acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, si se aprueba, la recaudación podría ascender a 18 mil 705 millones de pesos sólo en los primeros años”.
“Una nueva legislación que brinde certeza creará una industria que pocos estamos viendo. La industria del cáñamo nos brinda la oportunidad de transformar al país, con un producto que es hasta 10 veces más redituable que el maíz”, afirmó.
En la mesa “Contexto Histórico y Cultural del Cáñamo y del Cannabis”, moderado por la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, el antropólogo e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Julio Glokner Rossainz, mencionó que en la antigüedad la marihuana formó parte de tratamientos para la oftalmía, fiebre, insomnio y disentería.
A esos tratamientos se han sumado los que tienen que ver con la estimulación del apetito, los dolores reumáticos y para evitar náuseas derivadas de las quimioterapias para el tratamiento del cáncer.
Jorge Hernández Tinajero, presidente de la Asociación Mexicana de Estudios de Cannabis, coincidió con la senadora Pinedo Alonso en la necesidad de crear una regulación aparte del cáñamo, ya que el proceso de cultivo de la planta es distinto para aprovechar sus fibras, la materia vegetal, semillas y aceites, que cultivar la flor hembra para producir resina y cannabinoides y psicoactivos.
De tal modo que no existe riesgo en que una plantación de cáñamo vaya a desviar su producción hacia un mercado ilegal de marihuana, afirmó.
